Venus paleolítica, imagen y símbolo
Venus de Brassempuy, marfil de mamut, Museo Saint Germain in Laye, París Los primeros cosméticos originados en la Prehistoria pudieron nacer como remedios para las necesidades espirituales de los humanos que con el tiempo tendrían una aplicación higiénica y de ornamento corporal. Las marcas del cuerpo, pinturas, tatuajes o escarificación, servían para promover la vanidad, denotar prestigio social y riqueza, atraer al sexo opuesto, indicar la pertenencia a un clan, o asustar al enemigo. La pintura corporal pudo haber surgido como camuflaje para la caza y después extenderse hasta incorporar objetivos simbólicos y protectores, como provocar temor a los enemigos y celebrar rituales a los dioses. Los primeros humanos llegaron a adquirir conciencia del impacto que el color tenía sobre las emociones. El negro simbolizaba el mal y la oscuridad a la que temían, pero les gustaba la luz del sol, representada por el rojo y el amarillo. El blanco significaba el mundo espiritual y el m